domingo, 25 de diciembre de 2011

All together now.


Los he visto por una noche tan reales, que el despertar ha sido la perfecta tortura. Los he visto y tenido otra vez conmigo, viviéndolos al máximo, con diferentes historias pero otra vez nuestras. Es difícil despedirse de alguien para siempre, y los echo terriblemente de menos. Son personas de las que hablaré siempre que se presente la oportunidad, cada una tan diferente pero a la vez compartiendo tanto. Son mundos que yo ya he tenido el placer de explorar y recorrer; recordándolos toda la vida aun habiendo tenido solo quince días para conocerlos, que son tan pocos pero tan intensos, compartiendo trocitos de nosotros, influyendo en sus recuerdos, empapándonos los unos de los otros. Cometiendo errores, actuando sin pensar y caminando hacía el vacío sabiendo que son quince días en los que la vida te permite sumergirte en el paraíso, en el cual caer para aprender es obligatorio. Dos semanas en las que te has compartido sin remedio noche y día, exprimiendo cada partícula de tu ser para dejar tu huella en ellos y en todos los lugares que te han visto vivir sin miedo.

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