domingo, 17 de junio de 2012

Si crees que no vales nada, realmente eres mucho más importante de lo que piensas.

Puedo gritar al cielo que admiro a alguien en absolutamente todos los aspectos. Amor, amistad, lealtad, fidelidad, sinceridad, responsabilidad. Se que puedo acudir a él incluso cuando el mundo me haya dado la espalda, cuando nadie escuche mi voz el será el primero en medir cada suspiro. Las lágrimas no habrán caído cuando él ya escuche el silbido de mi respiración que se lo avecine, me abrazará y refugiará en su pecho cuando quiera ser fuerte pero los latidos de mi corazón me delaten. Me buscaría en la más completa oscuridad porque yo soy su luz. Le basta con mi presencia. Vendrá incluso cuando no lo haya llamado, caminará lo que haga falta solo para verme sonreír. Se enfadará conmigo y cuando más culpable me sienta aparecerá de entre las estrellas con una rosa en la mano, la esperanza en la sonrisa y el amor en los ojos. A veces necesitamos salir corriendo solo para ver quién estaría dispuesto a seguirnos. Sabe dar consejos, y no solo a mi, a todo ser humano que lo necesite. Como amigo es el mejor que he conocido, y no solo conmigo, sino con toda alma perdida que lo ansíe. Deportista desde siempre, el mejor en todo lo que hace y aun así, suelo ganar las improvisadas carreras en las que corre para atraparme y no dejarme ir nunca. Siempre persigue la noche para buscarme las estrellas y yo se las regalo, pero ni juntas brillarían más que su sonrisa. Y es que lo conozco tanto... lo he visto en todos los aspectos y he conocido todas sus caras.
No puedo caer, tengo dos brazos que me protegen y una media sonrisa tras cada beso que me ancla a todo su ser. He conocido la perfección. ¿El ser humano está preparado para sufrir tal pérdida, para arrebatarle tal cosa? Necesito su olor, su travesura, su locura, su cordura, su risa, su expresión que delata que está triste pero que no escapa de mi audacia, sus sagradas caricias cuan Dios entregado a mí, su necesidad de sentirme cerca, su mirada que me alza a lo más alto de mis ganas, sus abrazos que me protegen y sus besos que me dan la vida.

viernes, 15 de junio de 2012

Save me, love.


Lo insignificante es importante, y lo pequeño se hace grande. […]

Le pedí que cambiara pequeños detalles, ciertas cosas innecesarias. Después de largas miradas al vacío, el abatimiento pudo con él, y puede que conmigo también. Se echó sobre mí y me abrazó. Pero antes de eso yo ya lo había mirado a los ojos, y entonces, mientras lo tenía entre mis brazos, comprendí. Cómo puedo pedirle tal cosa, él es así. Y sonreí. 



sábado, 9 de junio de 2012

I awoke only to find my lungs empty.

Me exijo demasiado. Quizá por eso no me satisfago y me decepciono a cada intento.
La ventana está abierta y la brisa de un prometedor verano me incita a crear. Ron Pope llega suave a mis oídos desde lejos; "I know you too well to say you're perfect..." Folios en blanco y bolígrafo en mano. Cierro los ojos y el mundo parece haberse silenciado y la existencia evaporarse con él. Escapo del placentero vacío para mirar por la ventana e imaginar que estoy fuera. Tarareo divertida esta vez una canción igual de triste a la anterior, y las palabras fluyen dulces mientras pongo banda sonora a la vida; "I need you back, I need your smile..." Me permito hacer un recorrido por quién sabe dónde y buscar algo de chispa, luz, salida. Estoy perdida en un túnel infinito y por más que abro los ojos sigo ciega. Me doy de bruces contra ideas perdidas y gritos de auxilio. Me asfixio. Alzo la mano al vacío y solo me aferro a aire. Es insoportable este estado de neutralidad, en el que no puedo avanzar porque hay abismo, y donde no puedo retroceder porque son kilómetros de mente en blanco, sin inspiración, lleno de los más bonitos recuerdos y las más hermosas canciones. A rebosar de felicidad pero tan a falta de ideas. Me preocupo. ¿Por qué no fluyen las palabras, tiernas y dulces, sobre un trozo de papel? ¿Por qué no baila el bolígrafo sobre tildes, comas, puntos y creaciones? ¿Por qué ese pánico a la insatisfacción, a un folio en blanco? 
¿Qué es esta suspensión de muerte tras cada abandono por fracaso?
Quizá he cambiado demasiado, me he dejado llevar; el amor y su adicción me han hecho volar lejos. Y mi fuero interno, repleto de ganas de hacer de mi vida una historia de libro, de arriesgadas expectativas de quien se cree capaz de regalar las estrellas, se haya perdido junto con mi inocencia. Quiero a la Lucía que soñaba porque no tenía nada que perder, la que hacía danzar la tinta sobre papel, piel, pared, recuerdos, pensamientos o vida. Quiero hacer de mis pupilas un almacén donde los momentos se graben a fuego, y de mi sonrisa un diario donde la vida pueda verse reflejada. Quiero y soy incapaz.
Por suerte, se cual es mi medicina de dosis infinita.