lunes, 7 de enero de 2013

Enero

Sé que no te he escrito nada desde que empezó el año, sé que te tengo a ti, pero esta semana ha sido tan catastrófica que no he querido escribir sobre ello. No me creía capaz de recordar un día entero todas las noches.
Contigo sano. Limpias mis heridas. Por eso cuando te echo en falta agudiza el dolor que llevo arrastrando; parece que ya vive conmigo. Ya sí puedo hablar sobre el vacío, sobre la muerte en vida. Realmente creo que lo que no nos mata nos hace más hijos de puta. Quizá esta era la paliza que necesitaba para dejar de ser un poco más débil, para enfrentarme a mí misma y al mundo sin tener que engañarme. Realmente creo que puedo ganar, ganarme. Me has dado tanto que, verdaderamente, no sé cómo puedes soportarme.
Necesitaríamos una casa como la de Benjamin y Daisy para poder escapar. 
Y como eso es tan imposible, voy a levantarme de la cama (la cual considero ya una tumba), y coger un libro. Ellos también son mi medicina. A falta de ti buenas son las historias de ficción.

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